En medio de la fuerte interna justicialista, los ojos de la política tucumana se acomodaron en los palcos de la Legislatura. El regreso a la actividad del vicegobernador Osvaldo Jaldo planteaba dos enigmas: cómo está su salud tras haber superado un cuadro de covid-19 y cuán combativo regresaría ante los embates sufridos por el gobernador Juan Manzur durante su internación. En ambos sentidos se lo percibió activo al tranqueño, priorizando oxigenar bien la situación, sin levantar temperatura en el termómetro. Sin embargo, dejó ver que dará pelea en el ámbito que corresponda y que el bienestar no llegará en el corto plazo.
Fue una sesión legislativa que desde un principio fue preparada para que fuera liviana y fácil de digerir, sin manifestaciones generales. Como para verse las caras en el recinto luego del tornado que se desató con la elección del defensor del Pueblo y que dejó fisuras, desprendimientos, heridos, cables pelados en el peronismo y daños que por ahora parecen irreparables. Jaldo, que condujo toda la sesión, había anticipado a LA GACETA que no mezclaría lo institucional con lo político partidario en el debate. Y así lo hizo.
De un escueto temario de 10 puntos, sólo el último amenazaba con avivar las llamas entre las bancadas peronistas: un proyecto de resolución para que se solicite a la Nación la prórroga por dos año de la Ley de Biocombustibles N° 26.093 que vence en mayo y mantiene a la industria surcoacoholera en vilo. En Labor Parlamentaria, el asunto ya había causado chispazos entre los bloques ya que el manzurismo rechazaba su tratamiento. Afirmaron que era ir en contra del presidente Alberto Fernández y de las gestiones realizadas por Manzur.
Para evitar fricciones que encendieran la mecha en la sesión, el tema ingresó en el debate pero fue devuelto a comisión tras una moción realizada por el presidente del espacio jaldista, Roque Tobías Álvarez. Se argumentó que la Cámara (dos sesiones atrás) y el Parlanoa ya se habían expresado en idéntico sentido, y que la Casa Rosada se encontraba trabajando en el tema.
La bancada Lealtad Peronista, en tanto, valoró el gesto. Por lo bajo, sin embargo, consideraron que deberán mantener la guardia en alto. Estimaron que de un modo u otro habrá algún tipo de “pase de factura” de parte de la Presidencia contra ellos. Según analizan, el quiebre del bloque y el traspaso de parlamentarios debilita al vicegobernador ya que perdió el quórum propio.
Seguramente a partir de ahora Jaldo analizará el tablero y comenzará a sus fichas luego de dos semanas de forzoso parate. Por lo pronto, en la sesión de hoy Jaldo evitó echar biocombustible al fuego.